¿Cómo llegó la salsa a Cali?
Vos sabés que nuestra ciudad es conocida como la capital mundial de la salsa, y esto no es de gratis, pues lo que más sabemos hacer nosotros los caleños es azotar baldosa al ritmo de un buen bugalú.
Somos conocidos mundialmente por prenderle fuego a la pista a punta de salsa y movernos con la sabrosura que nos caracteriza. Por eso es que a cada rato ves esos gringos en chanclas por allá en la Topatolondra o en el bulevar tratando de seguirnos el paso, pa’ aprender a bailar así de bueno.
Por esa misma razón es que ves que a nuestra ciudad no le cabe un alma en diciembre cuando llega la feria de Cali, porque nadie se atreve a perderse el sonido de la trompeta, la campana y el bongó.
Pero… ¿Vos sabés cómo llegó la salsa a Cali? sentáte pues que te voy a contar.
Resulta que por allá en los años 40 cuando llegó la radio y las emisoras a la sucursal del cielo, empezaron a venir las influencias salseras de parte de cuba y puerto rico, ahí por los laditos. También, la migración de las personas de estos países ayudaron a que comenzara a conocerse un poco más ese guaguancó.
Eso sí, no fue hasta 1970, la época de Caicedo, que en Cali se vivió esa transición del rock a la salsa, cuando cambiaron las canciones en inglés por el swing afrocaribeño. Ahí se comenzó a escuchar el verdadero bembé en los barrios más populares de Cali.
Tanto fue el alboroto que artistas como la reina de la salsa Celia Cruz, Richie Ray y Bobby Cruz pisaron nuestra ciudad conquistando a todos los caleños y empezando con esta rumba que aún no acaba.
Ya pa’ los 80 nacieron nuestros propios salseros como “Grupo niche” rompiendo las calles de Cali con su éxito “Buenaventura y Caney”. También empezaron a mostrarse los bailarines en tarima pa’ demostrar cómo es que se baila en Cali.
En los 90 Cali ya había dejado de ser ciudad para convertirse en puro sabor y en pura salsa. Aquí no había discoteca que no pusiera a los caleños a azotar baldosa con lo mejor Willie Colon & Hector Lavoe.
A partir de este comienzo ya no hubo vuelta atrás. Cali se bautizó como la capital mundial de la salsa, las escuelas de baile locales comenzaron a ganar concursos a nivel internacional, dejando a la sucursal del cielo como la ciudad más salsera del mundo.
Hoy en día al caleño no se le perdona no saber bailar salsa, eso hace parte de nuestra cultura y gran parte de nuestro sabor. Tenés que saberte al menos el pasito pa’ atrás pues, porque eso si te digo, aquí el que no baila, no levanta.
Pero bueno, ahora que ya conocés la historia, es momento de que sigás cultivando esta tradición y cada que te encontrés a uno de esos gringos en chanclas les contés esta historia antes de ponerte a tirarte los pasos.